Los animales salvajes, cuando mueren, van a una especia de lugar espiritual donde viven por un tiempo, juntos en harmonía, hasta que so esencia de reabsorbe al poder colectivo y sus almas se reciclan.
Pero, existe la ley de la atracción.
Esto significa, en relación a mascotas, que cuando hay amor, no puede haber separación.
Mascotas amadas, cuando es amor verdadero entre al animal y su “dueño”, puede ir al nuestro cielo.
Ahí nos esperan y, de ahí en adelante, pueden vivir con nosotros en la Tierra del Verano por muchos años, en perfecta paz.
Pero, cuando esto ocurre, y si comenzamos a ascender a niveles de espiritualidad más altos, la mascota no nos podrá seguir. Se desvanecerá y se reciclara su alma.
Pero, cuando esto ocurra, la mascota y su amo se habrán dado cuenta de que la separación final es inevitable y los dos aceptaran de que esto deberá ocurrir.
La separación es gradual y se hace solo cuando estén de acuerdo los dos.
Así que no hay tristeza.
Bob
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